Verbum – Analecta Neolatina XXIII, 2022/2

ISSN 1588-4309; ©2022 PPKE BTK



En la historiografía eslovaca y húngara, Nicolás Pálffy (1552–1600) es conocido por sus logros en diferentes ámbitos. En primer lugar, ha pasado a la historia como quien sentase una sólida base para la rica historia de la familia Pálffy. En los ámbitos militar y político, tuvo un rol destacado tanto en el campo de batalla como en el campo diplomático, no sólo en el ámbito húngaro, sino en toda la monarquía de los Habsburgo. Además, son bien conocidas sus actividades económicas y comerciales. Un aspecto interesante de la vida de Nicolás es su red de contactos con socios comerciales extranjeros con los que comunicaba no sólo en latín, húngaro o alemán, sino también en italiano y español.

Retrato de Nicolás Pálffy, 1615 (Rijksmuseum Amsterdam)2

El éxito de Nicolás Pálffy en Hungría y en la monarquía habsbúrgica en el dificilísimo periodo del último tercio del siglo XVI, un tiempo de constantes conflictos con los otomanos que ocupaban las partes centrales del antiguo Reino de Hungría, se debió entre otros a su origen familiar.3 Era el menor de los ocho hijos de Pedro Pálffy (hijo de Pablo Pálffy y Clara Erdődy) y Sofía Dersffy. Los lazos de parentesco, establecidos paulatinamente desde finales del siglo XV por su abuelo y su padre, contribuyeron significativamente a la propiedad y al estatus social de la familia, que descendía de la baja nobleza. Incluso el emperador Rodolfo II de Habsburgo (1576–1608),4 cuando en 1581 concedió a la familia Pálffy el título de barón, señaló los orígenes de la familia y sus vínculos con las familias Erdődy y Dersffy. La madre de Nicolás, Sofía, era sobrina de Francisco Batthyány (1525–1533), ban croata-eslavón, conocido luchador antiotomano, participante en la batalla de Mohács y uno de los dignatarios húngaros más importantes e influyentes durante el reinado de Fernando I (1527–1564). La influencia de Francisco y su estrecha relación con su hermana Perpetua (la madre de Sofía) se pone de manifiesto en la colocación de varias de sus hijas en la corte de Francisco con el fin de adquirir una mayor educación social y, en particular, para encontrar pretendientes adecuados.5 Sofía y Pedro continuaron en una línea similar. Proporcionaron a sus hijos una buena educación en casa con un tutor contratado, el letrado llamado Valentino, y al mismo tiempo concertaron para ellos matrimonios con miembros de las entonces prominentes familias aristocráticas.6 Dado el turbulento periodo de la intensa defensa del Reino húngaro contra los otomanos, no sorprende la carrera militar de los hermanos mayores de Nicolás.7

Los contactos de Pedro Pálffy y su esposa Sofía con muchas personalidades influyentes de la época contribuyeron a que su hijo menor, Nicolás, de once años, se educara directamente en Viena, en la corte de Maximiliano II (1564–1576). Esto ocurrió poco después de que su hijo y el hermano mayor de Nicolás, Jorge Pálffy (†1562),8 sucumbiera a sus heridas tras una batalla con los otomanos. El periodo en el que Nicolás fue educado en la corte vienesa y luego española junto al archiduque Rodolfo fue mencionado por este último en 1581, cuando ya era rey magiar y emperador, al enumerar los méritos de Nicolás y sus hermanos. No olvidó mencionar la lealtad de Nicolás durante su viaje a España y posteriormente a otros países, durante el cual le prestó muchos y buenos servicios.9 Sabemos que este viaje duró casi ocho años (1563–1571) y que, además del archiduque Rodolfo, participaron en él sus hermanos Ernesto, Wenceslao y Alberto.10 A España fueron invitados por su tío (el hermano de su madre, la emperatriz María), el rey español Felipe II de Habsburgo, para adquirir experiencia práctica en todas las esferas importantes de la vida monárquica de la época -la política, la diplomacia y el ejército- bajo la estricta supervisión de la Iglesia católica. Los acompañaban hijos de algunos de los magnates húngaros, entre ellos Nicolás Pálffy. Así, estos tuvieron la rara oportunidad de ser educados por los mejores maestros y además hacerlo en la corte del monarca europeo más importante de la época. Nicolás pudo acompañar a los archiduques incluso en sus viajes a otros países de Europa Occidental (Sacro Imperio, Francia, Flandes), ampliando considerablemente sus conocimientos, incluyendo los lingüísticos.11

El archiduque Rodolfo, acompañado por Nicolás, regresó a Viena poco antes de su coronación como rey de Hungría, que tuvo lugar en 1572. No es de extrañar que Nicolás se convirtiera inmediatamente en miembro de su corte. Le sirvió como dapifer, luego como panatier, y finalmente, a partir de 1575, como Jefe mayor de la Vajilla de Plata (Oberstsilberkämmerer). Siguió ocupando este puesto en la corte de Rodolfo también más tarde, después de que éste tomara el relevo de su padre Maximiliano II (†12.10.1576). A partir de 1579, Nicolás Pálffy fue el único verdadero mayordomo húngaro (Kämmerer).12 Sería, por tanto, el más importante miembro de la aristocracia húngara de la época con verdadera ascendencia sobre el rey y emperador y, al mismo tiempo, quien entrase entre sus connacionales en el círculo de personas cercanas a él provenientes de la nobleza de la Baja Austria, Bohemia y Alemania e influyentes en la política interior y exterior del monarca. Desde finales de 1583, Nicolás se convirtió también en conde supremo -főispán (comitatus Posoniensis supremus comes) y capitán en jefe del castillo de Bratislava.13 Rodolfo mostró su confianza en él desde el principio, como lo demuestra, por ejemplo, el hecho de que aún en 1574 fuera enviado como diplomático a Constantinopla, y un año después a Buda, sede del bajá del eyalato de Buda.

Otra exitosa etapa en la vida de Nicolás fue su matrimonio concertado con la hija del chambelán del archiduque Ernesto, Marcos Fugger (1529–1597), que era miembro de una rica familia de banqueros de Augsburgo, alcalde de esta ciudad y reputado hombre de negocios. El compromiso tuvo lugar en dicha plaza germánica a principios de 1583, junto con la celebración de un nuevo matrimonio en la familia, el del hermano de la novia, Jorge Fugger, con la baronesa italiana Elena Madruzzo (Madrutsch).14 De esta manera, Nicolás no se emparentó solo con la todavía muy influyente familia Fugger, sino también con una familia de barones italianos. Sus contactos mutuos son atestiguados por su correspondencia conservada. En abril de 1585, el padre de Elena, el barón Fortunato Madruzzo (1538–1604), escribió a Nicolás. En la carta le expresó la sincera amistad y confianza que le tenía y le instó a que, si necesitaba algo, no dudara en acudir a él.15

Además de la creación de estos nuevos parentescos influyentes, un otro asunto importante transcurrió en la vida de Nicolás: la compra gradual de la parte restante del dominio del castillo de Červený Kameň16 a los Fugger (una parte había recibido a través de la dote de su esposa), que la poseían desde 1535 y la habían dividido en varias cuotas de propiedad. Nicolás no lo consiguió definitivamente hasta 1588.17 El castillo, construido en el territorio del actual suroeste de Eslovaquia, al pie del sureste de los Pequeños Cárpatos, cerca de la ciudad de Trnava,18 se convirtió así en la nueva sede de Nicolás Pállfy y de su creciente familia.19

La adquisición del pujante dominio perteneciente a la familia Fugger, que lo había elevado considerablemente gracias a sus actividades empresariales y a su meticulosa gestión,20 supuso para Nicolás nuevas oportunidades de hacer uso de sus conocimientos y habilidades, así como de sus influyentes contactos. Además de organizar los costosos trabajos de construcción del castillo, Nicolás continuó en las actividades económicas de sus predecesores, incluyendo las actividades de poblamiento. Al mismo tiempo, en el dominio de Červený Kameň organizó el cultivo masivo de tierras, que decidió utilizar para su negocio de cereales (trigo, centeno, avena, cebada). En tiempos de permanente estado de guerra y de la necesidad de abastecer constantemente a las guarniciones (y a sus caballos) de los castillos fronterizos, esta materia prima era una de las más codiciadas. Ya en 1584 podemos rastrear el suministro regular de grano por los dominios pertenecientes a Nicolás a la hacienda real, lo que le reportó un considerable beneficio (por ejemplo, en 1596 vendió grano por 33.622 florines). Además, a la cámara de la corte también ofrecía de venta vino, que procedía de los extensos viñedos de sus dominios. Tras el estallido de la llamada Guerra de los Quince Años con los otomanos (1593–1606), a menudo concedía a la hacienda imperial préstamos en suministro de grano. A cambio, recibía ingresos administrados por la Cámara.21

El comercio de grano y vino de calidad atrajo a Nicolás incluso clientes extranjeros: unos italianos desconocidos de Venecia y el propio rey polaco.22 En 1590, también Marcos Fugger pidió a su yerno que le comprara grano de Hungría.23 La documentación sobre el comercio de trigo, madera y ganado es algo más numerosa y está directamente relacionada con los otomanos (por ejemplo, con el Beg de Strigonia24).25 En tiempos de escasez, la demanda de grano obligó a Nicolás a negociar su compra e importación a los nobles de la Baja Austria.26

Los productos mencionados no fueron los únicos con los que Nicolás Pálffy comerciaba con éxito. Ya en una de sus primeras cartas que se conservan, de 1577, observamos sus conocimientos en materia de precios y venta de caballos.27 Cinco años más tarde, se conoce por una carta de su suegro, Marcos Fugger, que Nicolás le había remitido un caballo turco gris y que pensaba enviarle otro. Sin embargo, Fugger tuvo que rechazarlo debido a que su caballeriza estaba atestada de animales. Sin embargo, le sugirió a Pálffy que colocara este caballo en su propio establo.28 Un año después, en diciembre de 1583, Fugger pidió a su yerno que le enviara los dos caballos acordados con arreos, aconsejándole que los mejores arreos se compraban en Trnava. Sobre la calidad de estos caballos debía haber informado a Nicolás en una carta anterior.29 No cabe duda de que el suegro de Nicolás era un gran conocedor de las razas y la calidad de los caballos. Los Fugger eran conocidos en aquella época no sólo por sus actividades financieras y económicas, sino también por su gran interés por los caballos, la equitación e incluso el cuidado de estos animales. El primo de Marcos, Juan Jacobo Fugger (1516–1575), con el que el primero dirigió el negocio de los Fugger durante un tiempo tras la muerte de su padre, incluso llegó a escribir un libro sobre la cría de caballos, que se publicó en Worms en 1578. Sin embargo, en su traducción al húngaro de 1786, la autoría de este libro se atribuyó a Marcos, sin duda, porque también era conocido por su gran interés en los caballos y la equitación.30 Por último, lo vemos en la correspondencia con su yerno Nicolás. La caballeriza que mencionó en su carta a Nicolás era, al parecer, una de sus conocidas caballerizas en la ciudad bávara de Sonthofen o Bad Hindelang. Asimismo, se sabe que Marcos también compraba caballos en España. El libro mencionado anteriormente recoge su viaje a este país en 1563, donde supuestamente llamó su atención el innovador cuidado por la salud de los caballos, que en España ya no era responsabilidad de los herreros (como lo era en aquella época, por ejemplo, en Hungría), sino de expertos formados para ello: los albéitares.31 En Madrid adquirió un libro de medicina equina árabe, ilustrado con bellas imágenes en color, cuyos conocimientos fueron puestos en práctica por sus mozos de cuadra y otros sirvientes que cuidaban de sus caballos.32 El interés de Fugger por los caballos de Hungría no es sorprendente también por otra razón. Ya en la época medieval eran conocidos por ser excepcionalmente resistentes, duros, fuertes y rápidos. Otra razón por la que había un gran interés por ellos fuera de Hungría, era su bajo precio. Además de los caballos de montar, también los caballos de tiro se consideraban de una calidad excepcional, ya que eran robustos y un animal era capaz de tirar de un carruaje con seis u ocho personas. Además de los caballos húngaros, en la Edad Media los nobles húngaros más ricos también poseían caballos comprados en el extranjero. Estos caballos procedían principalmente de Europa occidental donde ya en aquella época se mantenían en establos, a veces durante todo el año. Del mismo modo, aparecían en Hungría en aquel periodo los caballos árabes, o cada vez más a menudo llamados turcos, exactamente los que Nicolás regaló a su suegro. En la Edad Media, sólo eran propiedad de los gobernantes y de la más alta aristocracia y se encontraban entre los caballos más destacados de sus cuadras. La resistencia y el aguante de estos animales se basaba, como en el caso de los de Hungría, en el pastoreo libre (a diferencia de los de Europa occidental que se mantenían con avena en establos).33

Los Fugger se dedicaron a la crianza de caballos también en la época en la que eran propietarios del castillo y del dominio de Červený Kameň. En 1546, el padre de Marcos, Antonio Fugger, envió aquí de sus fincas alemanas 11 yeguas y un semental y comenzó la crianza local de caballos. Cuatro años después ya había en el establo 24 yeguas y 10 caballos jóvenes de uno a tres años. La prometedora crianza se vio interrumpida inesperadamente por el traslado de las yeguas a otro dominio perteneciente a los Fugger (el dominio del castillo de Plavec34) y el envío de cinco caballos jóvenes a Augsburgo. La reanudación de la crianza de caballos en la finca de Červený Kameň, quizá por iniciativa de Marcos, tuvo lugar a principios de la década de 1580. La caballeriza señorial fue restaurada y en 1581 contaba con 1 semental, 18 yeguas y 7 potros.35 Además, en el dominio se mantenían caballos de trabajo y para tirar carruajes. Se conocen tales números gracias a varios registros económicos del dominio de la época cuando era propiedad de los Fugger. El número más alto, 73, se registró en 1550.36

Pero volvamos a Nicolas Pálffy y Marcos Fugger. Para qué se utilizaban los caballos de los Fugger, además de para viajar, lo sabemos también por su correspondencia. Por la mencionada carta de enero de 1583, escrita a Nicolás por su prometida María Magdalena y su madre Sibila Eberstein, nos enteramos del pesar del hermano de María, Jorge Fugger, por no asistir Nicolás a su boda y cabalgar con ellos. En la invitación a la boda se pedía incluso la confirmación no solo de la asistencia, sino también del número de caballos con los que el invitado llegaría a Trento.37 Sin duda, Nicolás debió de tener una caballeriza con un número no despreciable de caballos. Los caballos eran un bien muy codiciado pero escaso en los mercados durante las guerras que asolaron Hungría a lo largo de la segunda mitad del siglo XVI. En 1584, cuando Nicolás fuera el primer noble húngaro en solicitar el puesto de comandante militar de la importante fortaleza de Komárno, en su oferta de mantener entre 40 y 50 caballos a su cargo para la defensa de la fortaleza pesó mucho en la aprobación de su solicitud.38 No se sabe si estos caballos procedían de sus establos. Sin embargo, es cierto que él y su gente fueron capaces de mantenerlos, incluso gracias al grano proveniente del dominio de Červený Kameň. Los caballos también son mencionados por su pariente cercano Esteban Dersffy en una carta que le escribió en mayo de 1585. Se enteró de que Nicolás iba a Praga a ver al monarca que debía proporcionarle fondos para la compra de 200 caballos. Le rogó a Nicolás que en el encuentro con el rey le mencionara a él también.39 En mayo de 1586, escribió a Nicolás su suegro Marcos Fugger, de nuevo en relación con los caballos. Esta vez nos enteramos claramente del comercio de caballos de Nicolás y de su buen conocimiento de las distintas razas. De hecho, Fugger le pidió que le proporcionara y enviara dos caballos destinados para el tiro, que ya le había solicitado varias veces el príncipe Guillermo de Baviera. Quería tenerlas a más tardar a mediados de agosto, ya que pensaba regalárselas al italiano duque de Urbino.40 A base de lo dicho anteriormente tampoco cabe duda de que los caballos turcos procedentes de Hungría o disponibles en este país seguían siendo demandados en los países desarrollados de Europa en aquella época. Uno de los intermediarios de su exportación fue Nicolás Pálffy.

Por una carta escrita a Pálffy a Červený Kameň a finales de noviembre de 1585 por su empleado de Komárno, Juan Trombitás, nos enteramos indirectamente de dónde compraba Pálffy los caballos. En su carta, Trombitás informaba a su señor sobre el sultán y el bajá de Buda, mencionando también a un tal otomán, del que se dice que partió hacia la Puerta y le avisó que los caballos estaban en camino y que sus hombres se los enviarían en cuanto llegaran. Le comunicó a Nicolás que el que le gustara se lo podía quedar de inmediato.41 Por una carta de otro oficial de Pálffy en Komárno de finales de diciembre del mismo año, nos enteramos incluso de la adquisición de un caballo directamente de un prisionero otomano. Sin embargo, tras inspeccionarlo, el oficial en cuestión concluyó que a su amo no le gustaría nada. Por lo tanto, devolvió el caballo y liberó al cautivo, con la condición de que obtuviera otro, por valor de 400 monedas de oro. Si no encontrara uno, que al menos consiguiera ganado de ese valor. El agha otomano incluso llegó a sugerir a Pálffy que diera más tiempo al prisionero para encontrar un caballo, ya que así sería de mejor calidad.42 Está claro, por tanto, que los caballos que se utilizaban en las batallas contra los otomanos, o que Nicolás conseguía para sí mismo y para sus conocidos, procedían también directamente de los propios otomanos. Uno de estos caballos le pidió a Pálffy el vicecapitán de Komárno, Erasmo Praun, en 1585. De la carta se desprende que el caballo fue obtenido como botín.43 El hecho de que estos caballos no siempre fueron adquiridos por los nobles de la época directamente a través del comercio también se evidencia en la batalla con los otomanos en las montañas de Vértes, que tuvo lugar el 27 de junio de 1587. El motivo del estallido de esta batalla, iniciada por las tropas de Nicolás Pálffy, Francisco Nádasdy y el capitán de Nové Zámky44 Juan Görög, fue supuestamente el pastoreo de manadas de caballos del beg Hamza en los alrededores de Buda. Según el informe de Nicolás Pálffy, con provocar esta batalla, las tropas húngaras reaccionaron a varias razzias de las tropas otomanas a la fortaleza de Komárno, durante los cuales capturaron a varios pescadores húngaros o robaron caballos que pastaban cerca del edificio del nuevo castillo.45 Este incidente también confirma que, aunque se concluyó una tregua con los otomanos, las escaramuzas menores en la zona fronteriza eran algo cotidiano. Las razones eran comprensibles; los suministros a los castillos fronterizos, así como los pagos a las guarniciones, se retrasaban constantemente, por lo que ambos bandos lo compensaban con pequeñas provocaciones de este tipo, que finalmente se traducían en saqueos y, sobre todo, botines. Como hemos visto, las tropas húngaras, al igual que las otomanas, también secuestraban a soldados, que luego eran liberados a cambio de un rescate, a menudo en forma de algunos bienes, incluidos los caballos. Así lo demuestra también una carta del archiduque Ernesto (entonces gobernador de Hungría) a Nicolás Pálffy, fechada en marzo de 1589. De ella se desprende que el ejército húngaro había logrado capturar a los dos más altos oficiales -los begs-, del sancajado de Pécs y Koppány. Fue justo Nicolás el encargado de negociar su liberación, estando en juego no sólo el rescate en forma de bienes, sino también la liberación de los cautivos húngaros. Los otomanos solían ser rescatados también con caballos, entre otros bienes, y el archiduque Ernesto subrayó en una carta a Pálffy que seleccionara sólo equinos de razas nobles.46

Del lugar en el que mandó construir Nicolás la caballeriza en la que guardaba sus caballos, y que se menciona también en una carta de Marcos Fugger, tenemos noticias por los informes de un empleado de Nicolás en Červený Kameň. A finales de septiembre de 1585, informó a su señor de la buena cosecha de la temporada anterior, incluida la vendimia. Escribió que ya a mediados de septiembre se habían conseguido los barriles, pero que su número era insuficiente. Por ello, pidió a Nicolás que le enviara algunos barriles vacíos desde Komárno, ya que él sólo podía conseguir unos muy caros. Al final, también sabemos de la existencia de una caballeriza, tal vez en algún lugar del dominio de Červený Kameň o directamente en un lugar cerca del castillo, de la que el citado oficial debía seleccionar cinco hermosos potros.47 No conocemos si se trataba de establos en los que se colocaban los caballos de trabajo, o si se trataba de una caballeriza, que Nicolás pudo haber utilizado para continuar con la cría de caballos de raza que se había iniciado en el dominio en la época de los Fugger. Teniendo en cuenta el contenido de muchas cartas, que demuestran que Nicolás era un gran conocedor de las razas de caballos y que por eso le contactaron varios aristócratas, archiduques e incluso el propio emperador, es probable que tuviera una caballeriza de este tipo en su dominio.48 Esto queda confirmado por la mención en una carta de 1595 escrita por otro oficial de Červený Kameň, en la que se mencionan dos sementales de raza que el dapifer dejó a Nicolás Pálffy tras su muerte. Como escribe el oficial, estos caballos ya se encuentran en Červený Kameň junto con otros caballos del mencionado dapifer.49 Como sabemos por el testamento de Nicolás, que hizo en Bratislava en marzo de 1596, después de su muerte debía ser mandado un caballo de su caballeriza, quizás de la de Červený Kameň, al emperador Rodolfo y otro al archiduque Matías.50

Uno de los últimos pedidos de caballos, dirigido a Nicolás, también estaba relacionado con la dinastía de los Habsburgo. Con motivo de la boda del archiduque Fernando (más tarde rey Fernando II) que se estaba aproximando, éste se dirigió a Nicolás con la petición de que le proporcionara siete caballos negros o blancos para su novia y futura esposa.51 Unas semanas más tarde le escribió de nuevo (a través del capitán Hans Sigismundo de Herberstein), esta vez haciendo hincapié en que debían ser caballos utilizados para el tiro. También le recordó que, si no podía conseguir caballos blancos o negros, debía comprarlos de color marrón oscuro, pero sobre todo que no debían ser espantados. En ambas cartas se ve que Fernando tenía la máxima confianza en Nicolás en cuanto a la elección de estos animales. Nicolás debía recibir el dinero para su compra de un comerciante vienés. Herberstein añadió a la carta también su propia petición de que Nicolás junto con los equinos de Fernando enviara un caballo también para él.52 Esta petición no hace más que confirmar la posición destacada de Nicolás en la sociedad de la época, y además, que su fama no sólo estaba relacionada con sus éxitos militares, como parece sugerir la mayor parte de la literatura, sino también con su experiencia y conocimiento sobre la cría de caballos, sobre las razas y sin duda también sobre su cuidado. Así lo confirma la carta de otro de los archiduques, esta vez el archiduque Matías, que escribió a Nicolás expresando su satisfacción por poder acompañarle en la ya mencionada boda de Fernando. Se interesaba por el número de sirvientes que le iban a acompañar y, en particular, por el número de caballos que llevaría consigo. Expresó la esperanza de que participaran allí juntos en los tradicionales torneos de justas o juegos ecuestres. También esperaba que Nicolás trajera caballos de una raza más noble para la ocasión.53 Unos días más tarde, Matías volvió a dirigirse a él, esta vez con la petición de que le proporcionara dos o tres caballos rápidos para la boda de Fernando.54 Así, en los ejemplos anteriores, tenemos la oportunidad de ver, entre otras cosas, las razones por las que a los aristócratas de la temprana Edad Moderna les gustaba cualquier tipo de celebración, incluidas las bodas. Los caballos y las justas seguían siendo el mayor entretenimiento y, en una época de constantes conflictos con los otomanos y poco antes del estallido de la primera sublevación contra los Habsburgo, sin duda, un acontecimiento adecuado para distraerse de estas difíciles circunstancias. La demanda de caballos para la monta, ya sea para juegos o para la caza, sugiere que Nicolás también sabía cómo entrenar a los caballos para estos fines, o que tenía entrenadores experimentados a su disposición.

La correspondencia conservada de Nicolás revela cómo obtenía los caballos, a quién y cómo los negociaba, y que entre sus clientes no sólo había nobles y conocidos locales, sino también extranjeros. Además de los ya mencionados, su correspondencia a partir de 1586 conserva interesantes contactos con otros italianos, justo en relación con los caballos.55 En febrero de 1586, un tal Octavio Cavriani se dirigió a él de forma muy amistosa, pidiéndole seis faisanes hembras, por los que dijo que le gustaría pagarle. También añadió que estaría encantado de recibir un buen y gran busardo ratonero.56 Así llegamos a saber que Nicolás también era conocido por su capacidad de proporcionar animales de caza de buena calidad y bien amaestrados (perros y aves de rapiña), o quizás incluso por criarlas directamente.

Octavio volvió a dirigirse a Nicolás en el verano de ese mismo año, el 12 de agosto de 1586. Esta vez queda claro de la carta que fue su amo quien encomendó el negocio con Pálffy. De hecho, en su nombre pidió a Nicolás que le proporcionara entre 16 y 18 yeguas para engancharlas a su carroza. También añadió su sincero agradecimiento por la ayuda y el servicio de Pálffy.57 Octavio provenía de Mantua y en la historia húngara es conocido sobre todo de principios del siglo XVII como chambelán y confidente del archiduque Matías, hermano del rey Rodolfo. Sin embargo, los orígenes de su actuación en la monarquía de los Habsburgo se remontan a finales de la década de 1570, cuando sirvió en la corte imperial de Viena como enviado del Ducado de Mantua. Poco a poco se fue abriendo paso hacia las personas más cercanas al rey Rodolfo, a quien siguió hasta Praga. Tras algunas desavenencias con el monarca, comenzó a actuar en la corte vienesa de Matías.58

El amo mencionado por Octavio Cavriani en su segunda carta, fechada en agosto de 1586, puede identificarse muy probablemente con el duque de Mantua, Vicente Gonzaga (1562–1612). También él marcó activamente la historia de la monarquía de los Habsburgo, incluida la de Hungría, cuando, tras el estallido de la llamada Guerra de los Quince Años con los otomanos, se unió directamente a la lucha, con una visión de gloria como héroe de guerra.59 Como es sabido, en esas batallas se distinguió también Nicolás Pálffy.60 El valiente Gonzaga, sin experiencia militar previa, se puso al frente de un ejército de 400 hombres, que reunió a sus gastos.61 Su ejército, junto con sus cortesanos, entró en Hungría a principios de septiembre de 1595, tras una breve estancia en Praga y Viena. Sin embargo, sus planes militares no estaban claros. A Esztergom llegó sólo después de su exitosa conquista, en la que tomó parte activa también Nicolás Pálffy con su ejército. En Esztergom, se decidió entonces hacia dónde se movería el ejército de Gonzaga. Es probable que participara en la conquista de Visegrád, pero no registró más éxitos y, ante la llegada del invierno, volvió a Mantua. Durante su viaje desde Viena, Gonzaga también permaneció unos días en la actual Bratislava, como demuestran sus cartas desde esta ciudad a su padre, Carlo Gonzaga.62 Ya al salir de Hungría, Gonzaga planeó volver y así ganar la deseada gloria en la lucha contra los otomanos.

Los contactos de Vicente con Hungría y con los comandantes locales después de la expedición de 1595 se evidencian también en una carta inédita, descubierta en el Archivio di Stato de Mantua.63 Entre otras cosas, completa la imagen de las continuas actividades comerciales de Nicolás Pálffy con el príncipe de Mantua. La carta fue escrita por Nicolás en Esztergom el 2 de febrero de 1596, menos de medio año después de la conquista de la ciudad. Los caballos y animales de caza amaestrados volvieron a ser objeto de su contacto mutuo. De la parte introductoria de la carta queda claro que Pálffy respondía a la petición de Vicente de conseguirle buenos caballos. Octavio Cavriani también vuelve a entrar en acción. Nicolás había escrito a Gonzaga pidiéndole que enviara a Octavio para que este viera no solo los caballos de los establos de Nicolás, sino también otros, por supuesto, de raza noble, que pudiera conseguir. Y que fuera el propio Cavriani quien seleccionaría los mejores sementales para él. Al mismo tiempo, le ofreció un número ilimitado de yeguas de sus propios establos, que estaría encantado de ceder y enviarle. Sin embargo, si Gonzaga quisiera enviar a su propio hombre por los caballos, que lo hiciera en cualquier momento, ya que Nicolás creía que en su caballeriza seguramente encontraría los caballos que deseaba. Además de los caballos, Nicolás menciona también a galgos, buscados por Gonzaga sin duda para la caza. Como supuestamente le había prometido Nicolás, estaría encantado de enviárselos, así como cualquier otra cosa que pudiera necesitar. La carta está escrita de forma muy cortés y servicial.

Además del interesante contenido que completa nuestra imagen de las actividades comerciales de Nicolás Pálffy, incluidos los contactos que tenía, y las pruebas claras de la cría de caballos de raza por parte de él y de la existencia de su caballeriza, la carta también enriquece nuestro conocimiento de las habilidades lingüísticas de Pállfy, ya que la carta fue escrita en español. El autor utiliza el lenguaje del siglo XVI, que estaba en fuerte evolución, lo que se refleja también en este texto escrito. Así podemos ver el deslizamiento de la vocal no acentuada i a e (recevido, mesmo) que copia la pronunciación de aquella época,64 pero aparece también el uso de h- en lugar de f- (hebrero) que manifiesta una vacilación en el momento cuando la f- inicial latina tendía a desaparecer o ser aspirada. En dos casos se nota la conservación de grupos consonánticos que más tarde se simplificarán (monstrar, prompto), en mayor grado está representada la confusión de /b/ y /v/ (Ottabio, recevido, savré, embiar) que demuestra la neutralización de la oposición de sus rasgos distintivos en el habla castellana del periodo. La carta demuestra ya la naturalización del superlativo -ísimo (aún escrito como -issimo) que corresponde a ese siglo.65 En cuanto al vocabulario, destaca la palabra ansina, usada en el Siglo de Oro pero hoy día ya desaparecida. El texto refleja también el influjo del italiano en el español del autor que, como hemos mencionado, dominaba ambas lenguas pero ninguna de ellas era su lengua materna (estalones, condurre). Aún queda por explicar el uso del posesivo vossa en la forma de tratamiento Vossa Alteza que no es propio ni del español ni del italiano, sino del portugués. El hecho de tratarse de una carta escrita en lengua extranjera para el autor podría explicar también otras formas inusuales, incluido el uso de los tiempos verbales.

Aún se desconocen los motivos de Nicolás de la elección del español para comunicarse con el príncipe italiano. Tal vez el descubrimiento de otras cartas de su comunicación mutua, cuya existencia hay que suponer a base de esta carta, las aclare en el futuro.

Para facilitar la comprensión, en nuestra transcripción de la carta original escrita por Nicolás Pállfy a Vicenzo Gonzaga hemos modificado el uso de algunos signos ortográficos auxiliares (tilde, diéresis) y de algunas mayúsculas, hemos suprimido el uso del punto (.) delante de las abreviaciones (.V. Alteza). Nos ha parecido importante alterar algunos casos de separación de palabras (sola mente, selos, parache), pero hemos mantenido la separación en caso de los pronombres personales átonos de complemento (manda le, hare lo). También hemos corregido el uso ocasional de j en lugar de y (jeguas > yeguas, soj > soy, muj > muy) y el de ch en lugar de qu en las palabras che > que, parache > para que manteniendo el uso de la q en lugar de la c.

1596:2:febo.

Strigonio

Sereníssimo Señor, Señor mío clementíssimo,

La Carta de Vossa66 Alteza e recevido67 al qual digo que Vossa Alteza o mande al Señor Ottabio Caviriani que vea mis caballos, o otros que sean en esas partes, y yo en todas las fronteras a donde savré que sea algún lindo y buen caballo para la raeza,68 lo monstraré69 y escoja él mesmo, y yo los daré a V. Alteza los dos estalones,70 y también escoja entre mis yeguas no solamente dos sino quantos mandare y yo se los daré, para que pueda embiar a V. Alteza, mas si V. Alteza quiere mandar Vna persona aquí, quien les condura,71 mánda le V. Alteza quando quierra72 que yo espero que en mi caballeriza hallara caballos, que serán al gusto de V. Alteza.

Los galgos los que yo e prometido a Vossa A. también los embiaré, y si alguna otra cossa me mandara V.A. en que le puda servir a V.A., haré lo con tan prompto73 ánimo como soy obligado, y ansina74 suplico a V.A. que me mande en todas las ocasiones.

Y con esso75 accabo76 mas no de rogar a mío Señor que guarde la Sereníssima persona de V. Alteza, de Strigonio al 2 de Hebrero77 1596,

De Vossa Sereníssima Alteza,

Muy humilde criado que sus pies bessa

Nicolas Palffy

Al Ser.mo señor el señor Duq de Mantoua y Monteferrato. – My señor.


  1. El presente estudio ha sido realizado en el marco del proyecto de investigación VEGA 1/0563/19 Neznáme pramene k dejinám Slovenska v talianskych archívoch (14.–16. storočie) [Fuentes desconocidas sobre la historia de Eslovaquia en los archivos italianos (siglos XIV–XVI)].↩︎

  2. https://www.rijksmuseum.nl/en/collection/RP-P-1908--3838↩︎

  3. Sobre los orígenes de la familia, véase: G. Pálffy: ‘A Pálffy család felemelkedése a 16. században’, in: A. Fundárková & G. Pálffy (eds.): Pálfiovci v novoveku. Vzostup významného uhorského šľachtického rodu, Bratislava & Budapest: Spoločnosť Pro Historia, 2013: 17–36.↩︎

  4. P. Jedlicska: Adatok erdődi báró Pálffy Miklós a győri hősnek életrajza és korához 1552–1600. Eger: Az érseki lyceum könyvnyomdája, 1897: 5.↩︎

  5. Magyar Nemzeti Levéltár, Országos Levéltára, Diplomatikai Levéltár 104464.↩︎

  6. G. Pálffy: ‘A Pálffy…’, op.cit.: 27–29.↩︎

  7. En la época de la incipiente carrera de los hermanos de Nicolás, en estas batallas ya se habían distinguido con éxito los hermanos de Sofía – Esteban Dersffy, capitán de los distritos de Košice (Kassa) y de las regiones transdanubianas, y Farkas Dersffy, capitán de Szigetvár. E. Terbe: Batthyány Ferencné Svetkovics Katalin levelei (1538–1575), Budapest: Magyar Nyelvtudományi Társaság, 2010: 55. Sobre los éxitos y fracasos de los hermanos de Nicolás, véase: G. Pálffy: ‘A Pálffy…’, op.cit.: 27–28. A. Fundárková: ‘Rábsky hrdina Mikuláš Pálffy – mýtus a skutočnosť’, Historické štúdie 53, 2019: 45–58, pp. 47–48.↩︎

  8. Ibid.: 47.↩︎

  9. P. Jedlicska: Adatok…, op.cit.: 5.↩︎

  10. Z. A. Liktor: ‘“Spanyol az Isten”. Egy Spanyolországhoz erősen kötődő dinasztia a Magyar Királyság élén a XVI–XVII. században: a Habsbug-ház’, Jogtörténeti szemle 1, 2020: 43–50, p. 45. Su tío, el hijo menor del rey Fernando I, Carlos, también estaba en Madrid en ese momento. Mientras Rodolfo y Ernesto, junto con Nicolás Pálffy, regresaron a Viena, Wenceslao y Alberto permanecieron en España. Wenceslao se puso a la cabeza de los Caballeros de Malta en Castilla y León hasta su temprana muerte, mientras Alberto llegó a ser Cardenal, Arzobispo de Toledo y Virrey de Portugal, hasta que en 1595 le fue encomendado el gobierno de los Países Bajos españoles, tierra que recibió su futura esposa, la infanta Isabel Clara Eugenia de Habsburgo, como soberana en 1598. Ibid:, p. 49. El viaje a España para conseguir mayor educación confirma los continuos y estrechos lazos de la corte vienesa con la de Madrid, la promoción de la etiqueta y cultura españolas en la corte de Maximiliano (especialmente por iniciativa de su esposa), y el recordar constante de su ascendencia común.↩︎

  11. P. Jedlicska: Adatok…, op.cit.: 5.↩︎

  12. G. Pálffy: ‘Baróni a magnáti v Uhorskom kráľovstve v 16. storočí’, Forum Historiae 4, 2010: 1–13, p. 12.↩︎

  13. Pozsony (hún.)↩︎

  14. La boda tuvo lugar originalmente en Trento, y las celebraciones continuaron en Augsburgo. La ausencia de Jorge en la boda en Trento está documentada en una carta de su prometida y de su futura suegra, en la que lamentan su ausencia y le agradecen los numerosos regalos, entre ellos las preciosas rosas. P. Jedlicska: Adatok…, op.cit.: p. 95, nr. 29.↩︎

  15. P. Jedlicska: Adatok…, op.cit.: p. 186, nr. 209. El barón Fortunato Madruzzo, exitoso comandante militar, era hermano del obispo de Trento Ludovico, de quien también se tiene constancia en cierto momento de la historia de la monarquía de los Habsburgo cuando organizó el ejército papal para luchar contra los otomanos. I. Gy. Tóth: ‘A Propaganda megalapítása és Magyarország (1622)’, Történelmi szemle 42/1–2, 2000: 19–68, p. 28.↩︎

  16. Vöröskő (hun.)↩︎

  17. P. Kalus: Die Fugger in der Slowakei, Augsburg: Wißner, 1999: 264–265.↩︎

  18. Nagyszombat (hun.)↩︎

  19. I. Štibraná: Rodová portrétna galéria a umelecké zbierky Pálffyovcov na Červenom Kameni. Obdobie prvých troch generácií rodu v 16.–17. storočí, Kraków: Towarzystwo Slowaków w Polsce – Trnava: Filozofická fakulta Trnavskej univerzity v Trnave, 2013: 19. En la segunda mitad del siglo XVI, además del castillo, que daba nombre a todo el dominio, pertenecían al dominio de Červený Kameň tres ciudades pequeñas (Častá, Doľany, Dolné Orešany) y la mitad de 15 pueblos (Bohdanovce nad Trnavou, Borová, Budmerice, Dlhá, Dubová, Jablonec, Kaplná, Klčovany, Košolná, Suchá nad Parnou, Šelpice, Štefanová, Vištuk, Zvončín y parte de Slovenská Nová Ves). V. Čičaj: ‘’Ekonomické pozadie vzostupu Pálfiovcov v 16. storočí’, in: A. Fundárková & G. Pálffy (eds.): Pálfiovci v novoveku. Vzostup významného uhorského šľachtického rodu, Bratislava & Budapest: Spoločnosť Pro Historia, 2013: 37–46, p. 39.↩︎

  20. Sobre las actividades económicas en el dominio de Červený Kameň bajo los Fugger, véase. J. Žudel: Fuggerovci na Červenom Kameni 1535–1583, Bratislava: Veda, 1991. O más recientemente E. Benková: ‘„Statuta den newgeseczten Richtern, Burgern und allen Underthanen in der gannczen Herschafft Bybersburg". Príspevok k poddanskému právu v Uhorskom kráľovstve v 16. storočí’, Opus caementum. Historia nova 19. [en línea] Bratislava: Stimul, 2021: 85–131. Accesible en: https://fphil.uniba.sk/fileadmin/fif/katedry_pracoviska/ksd/h/Hino19.pdf↩︎

  21. V. Čičaj: ‘Ekonomické…’, op.cit.: 44–45. Véase, p. ej. P. Jedlicska: Adatok…, op.cit.: p. 343, nr. 545.↩︎

  22. V. Čičaj: ‘Ekonomické…’, op.cit.: 45. Nos enteramos del comercio de cereales con los italianos por una carta de un oficial de Pálffy, fechada en marzo de 1591. Escribió a Nicolás que en Trnava se había encontrado con un representante de los comerciantes italianos y que este le dijo que no compraría más trigo por el momento, ya que sus amos le habían informado de que estaban esperando la posibilidad de comprar trigo de Inglaterra. Según el oficial de Pálffy, se trataba sin duda de una táctica para reducir el precio del trigo. P. Jedlicska: Adatok…, op.cit.: p. 420, nr. 729.↩︎

  23. Ibid.: p. 418, nr. 725.↩︎

  24. Esztergom (hún.), Ostrihom (eslov.)↩︎

  25. V. Čičaj: ‘Ekonomické…’, op.cit.: 45; P. Jedlicska: Adatok…, op.cit.: p. 156, nr. 156.↩︎

  26. En 1586, por ejemplo, le mandaron sus ofertas el conde Segismundo de Hardegg (en la Baja Austria) y Ernesto Roggendorf. Ibid.: p. 209, nr. 257, p. 211, nr. 265.↩︎

  27. Ibid.: p. 81, nr. 2.↩︎

  28. Ibid.: p. 89, nr. 20.↩︎

  29. Ibid.: p. 104, nr. 45.↩︎

  30. D. Karasszon: ‘A címlapon látható képről bövébben’, Magyar Állatorvosok Lapja 124, 2002: 130, p. 130. Sobre los datos biográficos de Juan Jacobo y Marcos, véase: https://www.deutsche-biographie.de/sfz18012.html\#ndbcontent; https://www.deutsche-biographie.de/sfz18022.html\#ndbcontent.↩︎

  31. J. Carpio Elías: Las caballerizas reales de Córdoba en el siglo XVI: un proyecto de Estado, Sevilla: Editorial Universidad de Sevilla, 2017. D. Dvořáková: Kôň a človek v stredoveku. Budmerice: Rak, 2007: 119.↩︎

  32. Ibid.: p. 119. D. Karasszon: ‘A címlapon…’, op.cit.: 130.↩︎

  33. D. Dvořáková: Kôň…, op.cit.: 46–49.↩︎

  34. Detrekő (hun.)↩︎

  35. J. Žudel: Fuggerovci…, op.cit.: 71–72.↩︎

  36. Ibid.: 73.↩︎

  37. P. Jedlicska: Adatok…, op.cit.: p. 95, nr. 29, p. 90, nr. 21.↩︎

  38. Ibid.: p. 106, nr. 50. A. Fundárková: ‘Rábsky…’, op.cit.: 52.↩︎

  39. P. Jedlicska: Adatok…, op.cit.: p. 136, nr. 112.↩︎

  40. Ibid.: p. 233, nr. 312.↩︎

  41. Ibid.: p. 180, nr. 202.↩︎

  42. Ibid.: p. 194, nr. 224.↩︎

  43. Ibid.: p. 186, nr. 209. Numerosas manadas de caballos, capturadas a los turcos, incluidos los caballos ensillados, también son mencionadas por el propio Nicolás en varios de sus informes al rey Rodolfo o al archiduque Matías (desde 1593 gobernador de la Alta y Baja Austria y comandante militar supremo, el futuro rey Matías II). Ibid.: p. 627, nr. 694/a, p. 629, nr. 965/c., p. 702, nr. 1082, p. 706, nr. 1090.↩︎

  44. Érsekújvár (hún.)↩︎

  45. Para más información sobre esta batalla, véase: A. Fundárková: ‘Rábsky…’, op.cit.: 55–57.↩︎

  46. P. Jedlicska: Adatok…, op.cit.: p. 359, nr. 578. En 1589, se incautaron los caballos que pertenecían directamente a los enviados de Pálffy, a los que había enviado a negociar con los otomanos. La queja de Pálffy sobre este incidente fue dirigida directamente al bajá de Buda, que le respondió en una carta que ya había ordenado a los culpables que devolvieran los caballos. Ibid.: p. 394, nr. 652.↩︎

  47. Ibid.: p. 164, nr. 174.↩︎

  48. Pál Jedlicska en su obra sobre Nicolás Pállfy menciona también la caballeriza de Pusté Úľany (Födémes). A diferencia de otros datos de la parte introductoria de su obra, no añade a esta información una referencia a la fuente correspondiente. Ibid.: 17.↩︎

  49. P. Jedlicska: Eredeti részletek gróf Pálffy család okmánytárához 1401–1653 s gróf Pálffyak életrajzi vázlatai, Budapest, 1910: p. 4, nr. 9.↩︎

  50. P. Jedlicska: Adatok…, op.cit.: p. 611, nr. 933.↩︎

  51. Ibid.: p. 716, nr. 1109. La boda debía celebrarse el 23 de abril. La futura esposa de Fernando iba a ser la hija del duque Guillermo V de Baviera, María Ana de Wittelsbach.↩︎

  52. Ibid.: p. 723, nr. 1125.↩︎

  53. Ibid.: p. 728, nr. 1139.↩︎

  54. Ibid.: p. 729, nr. 1142.↩︎

  55. En la correspondencia de Nicolás, publicada por P. Jedlicska: encontramos también los contactos con un italiano llamado Pedro Foscarini, que podría ser miembro de la conocida familia veneciana Foscari. Pedro escribió a Nicolás el 19 de agosto de 1586 desde Venecia. Escribió cómo él y sus parientes (las familias Strozzi, Dandoli, Contarini, Barbarigi y Cornari) recordaban la amabilidad y el afecto que les había demostrado y le invitaban a ir a Venecia a visitarlos. P. Jedlicska: Adatok…, op.cit.: p. 25, p. 260, nr. 374.↩︎

  56. Ibid.: p. 209, nr. 260.↩︎

  57. Ibid.: p. 25, 259, nr. 369.↩︎

  58. T. Kruppa: ‘Tervek az erdélyi kormányzóság megszerzésére 1601–1602-ben. Erdély és a Gonzaga dinasztia kapcsolatai a XVI.–XVII. század fordulóján’, in: Hadtörténelmi közlemények 115, 2002: 281–308, p. 287–288. P. Ötvös: ‘Illésházy István az emigrációban’, Századok 1983: 609–625, p. 620.↩︎

  59. En aquella época, la monarquía de los Habsburgo recibió ayuda financiera y también ayuda activa de varios estados italianos, incluido el Papa Clemente VIII que envió 12 mil infantes y mil jinetes a Hungría. Z. Bagi: ‘Az alsó-magyarországi császári-királyi hadsereg, az oszmán őrség, valamint a megsegítésükre küldött csapatok létszáma és veszteségei Esztergom 1595. évi ostromának idején’, in: E. Erzsébet (ed.): Évkönyv 2010, Komárom-Esztergom Megyei Önkormányzat Levéltára 19, Esztergom, 2010: 42–52, p. 43.↩︎

  60. Entre sus logros más conocidos destaca la conquista del castillo de Győr. A. Fundárková: ‘Rábsky…’, op.cit.: 46.↩︎

  61. Las informaciones sobre el número de su ejército varían. Para más informaciones sobre esto, así como sobre los motivos de la expedición de Gonzaga y todo su recorrido, véase: Z. Bagi: ‘I. Vincenzo Gonzaga mantovai fejedelem 1595. évi hadjárata a Magyar Királyságban a Fuggerzeitung alapján’, in: Gy. Domokos, J. W. Somogyi & M. Szovák: Vestigia III. Italianista tanulmányok a magyar humanizmus és a tizenöt éves haború idejéről, Budapest: Balassi Kiadó, 2020: 15–25, pp. 18–20.↩︎

  62. Z. Bagi: ‘I. Vincenzo…’, op.cit.: 24. P. Bertelli: ‘I Gonzaga e l’impero. Storia di nobilta e dipinti’, Atti dell’accademia roveretana degli agati VII, 2006: 93–149, pp. 139–140.↩︎

  63. Archivio di Stato di Mantova, Archivio Gonzaga, b. 533. La carta fue descubierta y digitalizada por el equipo de investigación Vestigia en 2014 y 2019.↩︎

  64. A. Alatorre: Los 1,001 años de la lengua española. México: Tezontle, 1989: 257.↩︎

  65. R. Lapesa: Historia de la lengua española. Madrid: Gredos, 1981: 396.↩︎

  66. vuestra↩︎

  67. he recibido. En el siglo XVI todavía no se ha empezado a restaurar la h latina muda desde el primer siglo. R. Lapesa: ‘Historia…’, op.cit.: 422.↩︎

  68. raza↩︎

  69. mostraré (del latín monstare)↩︎

  70. sementales (del italiano stallone)↩︎

  71. conduzca (del italiano condurre)↩︎

  72. quiera↩︎

  73. pronto (del latín promptus)↩︎

  74. así↩︎

  75. eso↩︎

  76. acabo↩︎

  77. febrero↩︎